Aquí estamos, en el último día del año. Nuestra historia llega a su fin… después de unos interminables meses, ya estás listo y a punto de marcharte. Finalmente te irás, con toda tu amargura y tus malas noticias. Es momento de hacerle espacio a otro año más, uno con nuevas oportunidades, que espero sea mejor.
¿Sabes? Muchas veces tuve ganas de reclamarte, exigirte respuestas e incluso gritarte si hubiese podido hacerlo. Fuiste uno de los años más duros para mí, honestamente, lo único que deseaba era que simplemente te largaras de una vez por todas, ya que sentía una injusticia el que me hubieras traído tantas penas, tristezas, llantos, frustraciones y molestias. Supongo que es verdad eso de que todo puede empeorar y las cosas se convierten en un desastre de un día para otro… Tan mala suerte, en tan poco tiempo. Tantos golpes, de una sola vez…
Pero, algo cambió en mí. Justo unas horas antes de este momento, cuando al fin me sentía en paz y algo más tranquila debido a tu partida, me di cuenta de que… Has sido el año más importante de todos y creo que aunque vaya en contra de lo que creí durante este tiempo, de todo corazón, te agradezco.
Te doy las gracias porque a pesar de traer muchas tormentas, me enseñaste que siempre sale el sol. Me demostraste que cuando la vida trae estas “horribles” circunstancias, estas nos sirven para convertirnos en personas mucho más fuertes. ¡Lograste abrirme los ojos! Me iluminaste y guiaste hacia un deslumbrante nuevo camino. Gracias a ti, el día de hoy soy una nueva persona, renací desde las cenizas y estoy lista para continuar creciendo y aprendiendo.
Es cierto, admito que estuve al borde, muy cerca de darme por vencida, perdida en mis propios temores, sin ver salida alguna. Pero ahora, lo veo todo desde otra perspectiva y soy capaz de comprender que, si no hubiese atravesado por aquella aterradora oscuridad, jamás habría llegado a esta poderosa y brillante luz.
¡Así que gracias! Por demostrarme que la vida es mucho más que absurdos problemas. ¡Gracias! Por devolverme mi fe y renovar mi esperanza. ¡Gracias! Por impulsarme a ser yo misma y señalarme la esencia de las personas en realidad, quienes estarán a mi lado a pesar de todo y quienes sencillamente no. ¡Gracias 2017! Por tantas experiencias que aunque hayan parecido negativas, son aprendizajes que me convirtieron en lo que soy el día de hoy.
Ahora, te despido sin rencor ni resentimientos, te digo adiós con amor y gratitud en mi corazón. Me siento lista para enfrentar lo que venga, estoy abierta a nuevas emociones, nuevas oportunidades y nuevas aventuras. Sé que llegará, lo que tenga que llegar.
Gracias, porque fuiste un año verdaderamente trascendental y significativo en este hermoso viaje, llamado: vida.
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